miércoles, 4 de abril de 2007

La planta carnívora

Yo siempre había querido tener una planta carnívora. Resulta que el otro día fui con Begoña, mi mujer, a hacer la compra al “Hiper” de Eroski y al fin tuve la oportunidad de adquirir una. Os cuento…
Mientras avanzábamos por el primer pasillo, coincidimos con una compañera de trabajo de Begoña y su marido, paralítico cerebral que, evidentemente, iba en su silla. Resulta que este hombre es varias veces campeón mundial de bocha; un deporte parecido a la petanca. Al ser un deporte paraolímpico y además, minoritario, no lo conoce ni el tato al chaval y ni mucho menos puede vivir de ello, pero esa es otra historia…
Mientras charlaban, me acerqué a un estante lleno de plantas espectaculares. Allí encontré mi “tiestico” con una Venus Atrapamoscas (Dionaea muscipula) creo que a buen precio (menos de 3 €), pero con un tamaño directamente proporcional al mismo. Me acerqué todo ufano al grupo enseñándoles mi gran hallazgo, sin darme cuenta de que, comparado con el esplendor floral que allí había, la mía era como un gargajo verde. ¡Cómo se reían los jodidos!.
Más tarde, después de haber caído en las trampas consumistas habituales, estábamos disponiendo los artículos en la banda sinfín de la caja, cuando de pronto se oye un grito y veo volar a la pobre muscipula poniendo todo perdido de tierra. ¡La madre que me parió!. ¡Le había intentado cazar a mi Begoñita!.
Claro, completamente pálida, la moceta intentaba explicar que le había mordido aquel escupitajo verde, pero allí no se lo creía nadie; la cajera descojonándose como loca, la peña perdida de tierra, la “plantica” abandonada quién sabe dónde y yo que le intentaba tranquilizar a Begoña diciéndole que estuviera tranquila, que más susto se había pegado la pobre planta,… un cuadro.
Al final ya conseguimos localizarla y, casi sin tierra, la volví a meter en el tiesto (mi mujer no se atrevía).
He decidido llamarle Domitila, porque Can Cerbera se me antojaba demasiado fuerte.
Habrá que domesticarla para que se dedique sólo a las moscas y mosquitos; espero que no sea como ciertos animales que cuando prueban la carne humana se aficionan. Entonces habría que llamarle “Dionaea homepula cabronia” y habría que ir buscando algún centro de rehabilitación.
Pero todo eso ya se verá… y ya os contaré

viernes, 30 de marzo de 2007

Allá vamos...

Kaixo, lectores y lectoras aburrid@s (si no, no estaríais por aquí).
Comienza la andadura (con perdón); espero pasar de vez en cuando por aquí para publicar cuatro txorradas que te puedan entretener.
Eso sí; habrá intervalos de carestía, porque hay épocas de mucho curro y pocas ganas de ordeñador.
Hasta pronto (espero)