jueves, 18 de septiembre de 2008

Fiestas en Itsaso

El fin de semana pasado celebramos las fiestas de Itsaso, el pueblo natal de mi Begoñita.

Allí aún mantienen la duración (5 días) y la forma de disfrutarlas de tiempos remotos; o sea, comiendo después de comer, después de haber comido. Buf

Empieza el día hacia las diez; por supuesto, siempre que puedas soportar el cansancio acumulado. Después de un desayuno ligero se va a “la ronda”; esto es, una visita gastronómico-musical a las casas del lugar.

Estas casas son caseríos, normalmente de planta amplia, donde para distribuir las habitaciones nos encontramos, en vez de “pasillo”, con un verdadero “paso”. El de mi suegra (sin ir más lejos) puede tener unas dimensiones de 5 x 10 metros, de manera que cabe una mesa bastante “apañadica”, como podéis suponer. Y os aseguro que las saben utilizar…

La tradición dicta que la primera casa de la ronda ofrezca un almuerzo con todas las de la ley.

El Domingo de fiestas tocaba en Aramenea (también se le llama Amenea; en euskara se suelen simplificar algunos vocablos). Bueno, pues nos pusieron unas habillas de primer plato. Pero no os creáis que la peña se cortaba, no; se veían algunos platos con copete. Y hubo quien repitió… Es una receta que se repite bastante por estos lares. Son habas, pero de un tamaño más pequeño que las habituales (como alubias pochas, más o menos) y más finas. Ya en el plato, se les suele acompañar con una chorrada de aceite de oliva y con ajo crudo bien picadico… yo, para ser sincero, os diré que tenía mis dudas. Pero me atreví y la verdad es que me arregló bastante el estómago de los es-tragos acumulados hasta el momento.

Siguió la pitanza con unos platos de jamón con tomate y unas fuentes con pollo al horno. Todo bien regado con abundante vino, claro.

Imaginaros cómo íbamos ya… ¡vaya ambiente!. Empezó a tocar la txaranga y ¡hala! a la siguiente casa. Fuimos a Abetoa; tenían preparados unos platos de pastas y empezaron a sacar fritos, txistorra, más fritos… sólo era la segunda casa.

Faltaban otras dos. No os aburriré con los menús de éstas, sobretodo porque yo para entonces había huido a jugar la final del Campeonato del mus a la Sociedad. Por cierto, perdimos, pero aún y todo nos dieron un queso a cada uno; así da gusto...

Cuando se termina la ronda, se va a tomar el vermouth a la Sociedad. Claro, hay que tomar un aperitivo que cumpla con su nombre porque ¡después hay que ir a comer!.

Dios mío… no sé cómo pueden sobrevivir a las fiestas; es algo sobrehumano. Te diré que yo no soy lo que se dice un alfeñique, pero me pongo a reventar; de verdad. Ahora, me lo he pasado de puta madre…

Estos días estoy intentado bajar lo que he ganado (y no me refiero a llevar el queso a la Pepita, no). ¡Con lo fácil que es engordar, cuánto cuesta adelgazar!.

2 comentarios:

Unknown dijo...

si es que... mira que en esta tierra otra cosa no mola pero comer...

De primera! Un lujazo que escribas el blog...

Casa Musurbil dijo...

Muchas gracias, Sergio.

Más vale que en una semana he bajado los ¡tres kilos! que me traje...