martes, 11 de noviembre de 2008

Cuarta entrega

Kaskakromlech esperaba a que las estrellas poblaran el firmamento. Era noche de luna llena; la claridad reinante iluminaba una escena sobrecogedora… el monstruo estaba acuclillado en el suelo con la cabeza baja, mientras a lo lejos se distinguía el bronco ulular de un cárabo.

De pronto, se levantó. Se desperezó en un despliegue de poderío que me mantuvo sin respiración, hasta que con un gruñido volvió a su posición natural; observé que ésta se parecía más a la de un gorila que había contemplado en una ocasión en Iruña, cuando en mi juventud coincidí con un circo ambulante, que a la natural en los humanos.

Kaskakromlech interrumpió el hilo de mis pensamientos cuando, enlazando un cordel a mis muñecas, me arrastró en pos de sí; íbamos a salir...

Atravesamos la abertura; enseguida noté que nos desviábamos por una galería lateral y al cabo de un rato, pude al fin volver a respirar el aire de la noche de Garaño.

Aparecimos en el pixontzi de Anotz donde las precauciones de Kaskakromlech se hicieron evidentes. Con un gruñido, dio un tirón de la cuerda obligándome a avanzar por la cañada hacia Izania. Al llegar a este punto, nos escondimos entre unas matas para beber del riachuelo y nos internamos en el bosque en dirección al castillo.

La torre del poderoso castillo de Garaño estaba iluminada. Se intuía la silueta del vigilante embozada en una manta mientras nos deslizábamos silenciosos por las afueras de la pequeña población dormida. Sólo los perros alteraban el silencio con unos gañidos lúgubres que supuse causados por la cercana presencia de mi compañero.

Unas gruesas nubes se asomaban a las peñas de la sierra de Sarbil, mientras alcanzábamos la nevera de Itxaskoa y empezábamos a rodear a buen paso la pequeña elevación.

Pronto, la intención de Kaskakromlech se hizo evidente cuando enfiló hacia la cumbre de Mortxe por la muga que lo atraviesa.

En un claro del bosque, el homínido se entretuvo recogiendo unas setas diminutas y las introdujo en un pequeño saquete de piel que llevaba amarrado a su cintura. No tardaría demasiado en comprender sus motivos.

Cuando el bosque se fue aclarando, cambiamos de dirección, siempre subiendo a media ladera, hasta que llegamos a una balsa. Enseguida reconocí el lugar; se trataba de la Balsa de la Esperanza donde recordé que el viejo Saturnino juraba y perjuraba que antiguamente se reunían los suhaitzak del valle para escenificar sus ancestrales ritos.

Kaskakromlech me amarró al tronco de un roble centenario y, ante mi sorpresa, empezó a elaborar un fuego reuniendo un montón de ramas a las que añadió un hongo yesquero y unas hojas muertas. Después extrajo de su saquete una pieza metálica que me pareció una herradura e hizo brotar unas chispas golpeándola con una pieza de pedernal; dirigiéndo éstas hacia la yesca, en poco tiempo consiguió que un hilillo de humo se elevara serpenteando.

Pronto, el fuego repicaba alegre. Se lo agradecí grandemente pues la galopada por el monte me había hecho sudar y la noche era fresca.

Me calenté enseguida y no pude dejar de apreciar la belleza de la noche; una enorme luna se recortaba entre las ramas de los árboles mientras los acostumbrados murmullos del bosque iban poco a poco reconquistando el silencio. Las nubes se extendían enseñoreando Mortxe por su vertiente Este y el aroma del brezo húmedo invadía mis sentidos.

Una rana atrevida ensayó su monótono croar y enseguida se le unieron sus compañeras formando un coro demencial, dado que en Noviembre es inexplicable semejante concierto. Una grulla entró en escena y aterrizó con elegancia entre los juncos. Parecía que todos los seres animados e inanimados estaban pendientes de lo que sucedía junto a la balsa.

De pronto, la bestia empezó a cantar… una salmodia profunda que reverberaba en el claro e infundía un temor reverente hizo callar instantáneamente a todas las bestezuelas de las cercanías.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

cágate pichín!!!! pero... no habrá que esperar un mes para ver como sigue ésto!!!!!!!!!!!!!

Casa Musurbil dijo...

¡La cosa se pone interesante!

Unknown dijo...

vaya vaya y vaya!

ese nivel se está poniendo imposible ya!

David dijo...

mmmmm... exactitud histórica!!!! quién da más??? hasta los kaskacromlech aprenden algunas cosillas de los humanos

Casa Musurbil dijo...

Pues aún me queda alguna rana que quitar. Joé, con lo que me gustaba el ambientillo de las ranas...

David dijo...

joder, pon a las putas ranas que ya las he metido en situación!!!!!

Casa Musurbil dijo...

No me jodas!!!.
Ja, ja, ja. Pues pon un mochuelo o un cárabo, jajajjajaja

Anónimo dijo...

Amos aver con los hombres del demonio!!
Con la de veces que le he curado los retorcijones al Kaska!!
No me hagas el feo, que esta noche tiene que pasar de todo!
Que para eso me he muerto!

Anónimo dijo...

ahí, ahí....
(una rana atrevida?? juajujjjjj)