domingo, 30 de noviembre de 2008

Sexta Entrega (vivido por Kaskakromlech)

(Primera parte de la sexta entrega)

Si me había surgido alguna duda sobre si era el momento adecuado para realizar la transferencia, se disipó conforme me acercaba a la balsa. Habían pasado demasiados años y era ya tiempo de descansar, por fin.

Desde aquellos felices días de mi juventud, cuando vivíamos en la explanada hoy llamada de San Cristóbal, mi vida había transcurrido por numerosas vicisitudes y peligros. Recordé la felicidad que supuso para mi clan que uno de sus miembros fuera el elegido; Moug iba a ser el Basajaun, el protector del Bosque.

En aquellos tiempos, frecuentemente me agasajaban con hembras y alimentos; fueron días felices. La armonía con la Naturaleza era completa… pero duró poco.

Todo cambió cuando aparecieron los hombres; tuve que presenciar la lenta extinción de mi clan. Fue una guerra sin esperanza; los hombres trajeron consigo armas mucho más efectivas que nuestras limitadas azagayas y que condujo indefectiblemente a la desaparición de mis hermanos. Pronto, el último de mi raza sería historia.

Sentí pena por el miedo que reflejaba la faz del que iba a ser el nuevo Protector; el infeliz no sabía lo que se le venía encima, nunca mejor dicho. Preparé el escenario a conciencia; hacía mucho tiempo que no efectuaba un viaje y quería que mi último cometido en este universo saliera perfecto.

Me senté, concentrándome en lo que iba a hacer. Poco a poco fui abstrayéndome de mis recuerdos y mis pensamientos, liberando mi mente para la ceremonia. Como me había enseñado la experiencia, el hipnótico fuego fue mi mejor aliado para fundirme con el todo.

De pronto, el candidato, espetó.

- Señor. ¿Qué va a hacer conmigo?.

- ¡Silencio! –le contesté - vas a ser protagonista de una ceremonia que no ve la luz desde hace milenios. Deberías estar agradecido de tal honor; fuerzas insondables se van a hacer presentes hoy, en este lugar sagrado del valle de Garaño.

Inmediatamente, comencé a invocar a los espíritus de las cercanías. Mi tótem, la garza, seguía atentamente todas mis acciones. Le agradecí su presencia, entonando la invocación que se le dedica.

Al poco, comencé a elaborar el preparado; mezclé agua de la balsa, fuente de toda vida, bendecida durante eones por el rocío, con la tierra, depositaria paciente de la historia de los seres. Le añadí la chispa, la energía; desencadenante necesario que emanó al sumergirse su susurro de aceptación y los bonguis, esas pequeñas factorías de sueños y visiones.

Finalmente, el humo, aire con cenizas, etéreo, vago, sutil, milagroso...

Comulgamos ambos.

Pronto, fui entrando en trance; mis sentidos se aguzaron cambiando mi percepción. Como me solía suceder en esos momentos, expresé mi alegría como hacíamos en las reuniones del clan; bailando y aclamando con mis gestos la felicidad de la unión.

Extraje la belladona; me froté las ingles sintiendo cómo la excitación se iba apoderando de mí rápidamente, mientras empezaba a manifestar una rabiosa erección. Miré al hombre; le desnudé furioso y contemplé su cuerpo posesivamente. La ausencia de pelo le confería un aspecto extraño, pero tentador.

Le introduje en el ano los restos amasados de belladona para minimizar su inevitable sufrimiento y lamí lujurioso los restos de setas de la vasija. Comprobé que su viaje ya había empezado porque reía; mejor así.

Sujetándole por las caderas le levanté en el aire y le penetré con fuerza. La acción de la belladona me dejaba el paso libre y le poseí una y otra vez. Cada empujón traía consigo la sensación de que me vaciaba, mientras me impelía a repetirlo el placer más y más intenso que sentía.

Finalmente, me derramé en su interior con un grito desgarrado. El orgasmo fue casi agónico; para entonces los sucesivos impulsos casi habían conseguido tirarle por tierra y no tuve más remedio que apoyarme en él, hasta que me abandonaron los últimos estertores de placer.

La transferencia había sido realizada. Le solté, dejándole libre; a partir de entonces era dueño de su destino, unido irremediablemente al de mi amado bosque.

1 comentario:

David dijo...

factorias de sueños?? que wapo!! eres el mejor!!